Cuando se termina: cómo gestionar el despido/renuncia de una StartUp
Estás despedida, te reemplazaron por AI. Esas red flags que te empeñabas en ignorar, se han prendido fuego. Despabila.
Le pones empeño. Te desmotivas pero te sacas las castañas del fuego y te vuelves a motivar. La idea es genial, está ahí, al caer.
Pero resulta que tienes que aprender otra nueva función. Y luego otra. No llega más gente al equipo. Vas a rondas de inversiones y te pillan con un pie en el cambio. Falta mucho trabajo y eso sólo significa más gente. Que no llega. Los que sí llegan son los problemas, los obstáculos, los servidores de mierda que no aguantan nada de tráfico. Los clientes que aún hoy no saben crear una carpeta en el escritorio de su pc.
Se va por el alcantarillado el Silicon Valley Bank. Y ya lo sabías, porque has visto mucha pasta en rondas de inversión que parecen jugar con papelitos del Monopoly. Sabes lo que cuesta levantar esa montaña llamada StartUp. Y sabes lo vulnerable que es a cualquier cambio mientras intenta salir a flote.
Esa idea irreal de crear para vender sólo se la escucho en el coworking al chico de al lado: de la nada levantó una StartUp que busca fondos para renovables. Se adapta al Boletín Oficial y anda como un criptobro, al borde de la neurosis por cada licitación pública. Los Fondos Europeos son el diablo que te pide el alma a cambio de tragarte la mentira.
Muchos nervios. Mucho trabajo contrarreloj. Porque como tu competencia lo resuelva antes, estás bien jodido con un montón de trabajo echado a perder ( ya deben saber lo que estás tramando y el riesgo que eso significa para ellos) Si tan sólo dejaran de acumularse los problemas, las soluciones baratas que son como el taladro comprado en el chino, uno detrás de otro y yendo a parar al estante de “cosas para reparar”.
Los nervios los pierde cualquiera hoy en día. Y de repente:
Estás fuera.
Fin de la historia. Olvídate de tus intentos y pajas mentales para intentar arreglar las cosas o mínimamente justificarte. No pierdas el tiempo. Lo venías notando. NO HABÍA UN PUÑETERO DÍA SIN CRISPACIÓN. Ni voluntad de que volviera a ser divertido. Ni hablar de diálogo.
Una vez me dijeron que si ya no quieres dialogar, todo está perdido. Los niños enfadados, los amantes traicionados, los criminales… quieren hablar. Y si no quieren, mala señal.
A comer y beber. La StartUp seguirá su andanza sin mí. Más cuando me soltaron al día siguiente un “tu trabajo lo puede hacer una AI”.
Volver a dormir a pierna suelta sin despertar varias veces en la noche pensando si hiciste o no tal o cual tarea, es invaluable. Es como dejar al amor tóxico: no recordabas lo mucho que te gustabas hasta que le diste portazo.
Es hora de retomar TODO lo que dejaste de lado por seguir la visión de otro.